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lunes, 25 de febrero de 2013

Conclusiones sobre el análisis de la rentabilidad de una inversión



En esta entrada vamos a ver que conclusiones se pueden sacar  del análisis de la rentabilidad del proyecto del parque eólico, de acuerdo con los resultados obtenidos con la aplicación de los indicadores de rentabilidad de la inversión utilizados. ¿Por qué motivos el departamento de control de gestión no ha considerado la amortización en la cuenta de resultados en el cálculo del VAN y del TRI?

Hemos observado que aplicando el VAN, TRI, ROI o Ri, se obtienen resultados diferentes. Ahora bien: ¿para que sirven? ¿Cuál es el indicador que mejor orientará mejor sobre la naturaleza del resultado que se ha obtenido de la posta en funcionamiento del proyecto de parque eólico?

Todo depende de la finalidad que se persiga. Si se quiere saber hasta qué punto recuperará la inversión realizada, el VAN le indica que el capital invertido no se recuperará nunca, es decir, que se obtendrá en valores reales al final del periodo, una pérdida del 16,2% sobre el capital invertido. Y además, la tasa de beneficio residual del proyecto (RI) también es negativa los 6 primeros años del proyecto, y no da una rentabilidad atractiva, hasta los tres últimos años de vida del proyecto, en los que se obtiene una rentabilidad por encima al precio del dinero. La tasa de rendimiento interno del proyecto es muy baja, del 0,96%, muy por debajo del precio del dinero, lo cual no hace nada atractiva la inversión.

El ROI, indica, pero,  la rentabilidad del proyecto a nivel contable. Es evidente, que con el paso de los años al disminuir el capital debido a la aplicación de la amortización, el rendimiento será creciente, pero ya hemos visto que no lo ha estado de forma suficiente como para justificar la inversión. De cara a medir la rentabilidad el capital, este indicador es quizás el más indicado. Finalmente, el RI, tiene como finalidad estudiar los costes de oportunidad de la inversión, es decir, averiguar qué es más eficiente, hacer la inversión o guardar el capital en forma de depósito bancario a plazo.

Lo que tiene que quedar claro, es que cada indicador tiene una función diferente, y que se tienen que utilizar en función de los objetivos empresariales. Si se quieren obtener beneficios de cara al accionista, a nivel contable y financiero el mejor indicador es el ROI. Si se quiere saber cuando se recuperará o si no se recuperará nunca la inversión, el mejor indicador es el VAN. Si se quiere saber si es mejor no complicarse la vida y quizás obtener un mayor rendimiento depositando el dinero en el banco, el mejor indicador es el RI. Y finalmente, si se quiere saber con rigor si el proyecto, por naturaleza es intrínsecamente rentable, el mejor indicador es el TRI.

En el cálculo del VAN y del TRI, si aplicáramos las amortizaciones, con los 20 años de vida del proyecto duplicaríamos la inversión, y por lo tanto, el resultado no sería significativo. En el TRI, la tasa saldría mucho más elevada, puesto que cada año el resultado sería creciente debido a la aplicación de la amortización decreciente al capital. En el caso del ROI y del RI si que tiene sentido aplicar las amortizaciones, puesto que se trata de medir la rentabilidad desde el punto e vista contable.

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